lunes, 15 de septiembre de 2014

Sagara VII

       ←SagaraVII★

      —¿Irás al cumpleaños de tu prima?

    Mi madre a penas me mira mientras sepulta el jardín de violetas que cubre su rostro. Tan cansada, tan yerma y tan fértil al mismo tiempo...su cuerpo es una tierra baldía de tanto explotarla plantando malas hierbas. Su vientre, oculto bajo el jersey de licra, tiene dibujadas las raíces de un manzano que baja hasta su sexo. Un manzano poco agradecido que solo dio un fruto, rojo por fuera y negro por dentro.
       —Por supuesto.

         Mi prima, Arana, después de que los cuervos jugasen con ella como si fuera una pequeña baya, se dejó engullir por uno de ellos, y ahora no puede salir de la noche de sus plumas. Como Perséfone, atrapada en el Hades, solo ve el día cuando su marido la escupe. Vuelve a rodar de pico en pico hasta que su amo la engulle de nuevo. Algún día reventará y solo será una mancha dulce en el suelo.

          Pero, nunca, nunca se protegería con espinas. Las mujeres de mi familia no podemos permitirnos dejar de ser frutos apetecibles, brillantes, inaccesibles. Por eso mi madre se avergüenza del jardín de secreto que no deja roba todos sus nutrientes al manzano. Debe ser agotador, pero mi padre es un jardinero constante. Temo, de verdad que algún día, los golpes ahoguen las raíces blancas de su abdomen, y no quede rastro de aquello que me trajo al mundo. Pero no lo regaré con lágrimas, ella ya preparó mi tierra para que diese manzanas que picasen los pájaros. Pero mi padre no me pica,  no abre y busca mis semillas, me guarda como un premio, hace brillar mi piel, roja, prohibida...Y mi madre quiere partirme por la mitad de pura envidia.

     Me miro en el reflejo del espejo del lavabo. Trazo con mis manos un corazón sobre mis clavículas. Nunca harán un árbol mis semillas, nunca rodearán mi cuerpo raíces blancas de vida. Soy una manzana podrida.
                  ★★★Continuará→

★NanaGarcía/@Nanaringain

jueves, 11 de septiembre de 2014

Sagara VI

     ←SagaraV★

       Las sombras de las farolas observan el torpe vals de la serpiente y el cazador. Lentamente, me lleva, como un trofeo a la espalda. No estoy en una calle fría y hostil, no me vigilan las ventanas, estoy hundida en el calor de una persona ajena, y, se siente, por primera vez, tan real... Noto su pecho aumentando y disminuyendo de volumen. Él también sigue su propio ritmo, el ritmo que marca la velocidad de sus latidos. A cada tanto, me atrevo agarrar con más firmeza su pecho. Solo unos segundos de tensión en los que puedo casi arañarlo. Estoy completamente rendida a él, y siento que solo las zonas en las que nuestro cuerpo hace contacto, circula la vida. 


     —¿Eres así de callada, o solo es que te disgusto?
     — No me disgustas, estoy cansada.
     —¿Puedo preguntar de qué murió tu gato? Espero que no sufriese.
      —Murió...murió de frío.
      —¿De frío?
      —Sí, de frío...a Pomme le mató el frío...
          "Pomme era un gato débil, un gato de angora blanco, impoluto, precioso, de sangre azul y enferma. Sus progenitores no podían tener un origen más limpio, reyes de concursos de belleza y obediencia...Pomme...era un prodigio. "
       " Lo recogimos con a penas 1 mes, pequeño e inerme como era. Una estrella de nieve virgen donde dos ojos de hielo miraban perdidos a su alrededor. No comprendía quién era, qué era, por qué todo olía a desinfectante y la leche savía a silicona. No sabía lo que era la calidez de una mama, del resto de la camada. No tenía recuerdos de ninguna lengua húmeda, desagradable, pero llena de afecto, recorriendo su lomo. Su pelo níveo nunca había sido acariciado ni, por supuesto, ensuciado. Y tan puro era ese blanco, que nadie osaba a tocarlo.
        Así, pomme pasaba los días sentado, como un trofeo, en el salón. Su sombra, crecía a lo alto, pero, fina y alargada... recordaba la de un fantasma del crepúsculo. Siempre con sus luces heladas perdidas en el horizonte, no dejando que su pelo se manchase con comida o agua, sobrevivía con las palabras de admiración de los visitantes.
      Pomme, nunca se planteó ronronear a sus dueños, no sabía siquiera que esa era la llave a las caricias. Conscientemente, no padecía la ausencia de calor, porque no podía añorar algo que nunca había conocido. Sin embargo, su aliento vital se fue condensando de frío. Se volvió primero un río líquido que lo ahogaba a angustia y, a medida que escapaba la calidez con la que todos nacemos, se fue creando un invierno en su interior, donde el río de la vida se volvió una daga gélida, que finalmente, atravesó su corazón.


      —¿Por qué huía de sí su calidez?
      — Porque somos sistemas que dependen de otros para funcionar, porque el calor básico con que nacemos tiende naturalmente a escapar a otro. Es el principio de la vida, emitir la nuestra y recibir la que otro emitió. Uno vive de la vida de otros, porque la propia, ya la toma de vuelta el propio cosmos.
         — ¿Y de quien tomas tú la vida, Sagara? Tienes las manos frías...


      Me suelta y caigo al suelo sin despegarme de su espalda. Siento sus manos, el doble que las mías, envolviéndolas con delicadeza. El contraste del invierno con el sol de primavera deshiela el torrente que paraliza mi corazón. Bajo esas lánguidas y reprobadoras farolas, estoy derritiendo mi odio y convirtiéndolo en algo dulce y templado.


          — De ti. Estoy tomando tu calor, y a cambio tú buscas el mío, pero, lo siento, estoy vacía, soy un parásito que nació sin alma y nunca podrá compartir su aliento. Aléjate.
       
      Estamos frente al jardín de mi casa, sus manos me sueltan un instante, en que me deslizo hasta la entrada.
        
           —Adiós.


      Sonrío como la niña que soy, sin asomo de tristeza. Su rostro, por el contrario, se ha destruído, sus ojos no son más que un rastro de cenizas. Me he quedado con su fuego. Me apresuro al interior del edificio, quiero dormirme con el calor de Jon aún en la sangre, antes de que se extinga. Abrazada a su fantasma, no me siento sola. He sobrevivido otro día al frío.
             ★★★Continuará→

      ★NanaGarcía/@Nanaringain
  
        
          
    
    
      

sábado, 6 de septiembre de 2014

Hojas caídas sobre mi barca.

     ¡Aquí! Apoyada sobre mi rodilla. El pecho hinchado de sal, cual capitán oteando el horizonte. Las olas están de buen humor hoy, como cachorrillos golpeteando el casco con sus colas. Ay de mi cuando aprendan a ladrar, esas mareas vivas de septiembre,  mejor no salir del camarote.
     He virado hacia el noroeste, sigo el trazo de los vientos de borrasca. A estas alturas, debe de estar muriendo ya el verano, el sol brilla cobrizo y se acuesta antes que yo. Ha decir verdad, siento nostalgia de los pasadizos de hojas caídas, de los bosques que tiñen y rozan sus melenas. Siento nostalgia de los montes, mis montes, bañados en granate.   Las montañas que subo en alta mar son inestables, de humor caprichoso, y se desvanecen en espuma. No toleran que el que llegue a su cumbre se vanaglorie de haberlas superado. Son montañas de soberbia y humildad.
        Sin embargo, no me arrepiento, allá, a lo lejos, me esperan islas, continentes, el fin del mundo, tal vez. Acantilados de caliza, acantilados de arenisca, acantilados de granito, creta, mármol...estuarios, deltas, paduras, manglares. Me esperan bosques sin fin de porte hirsuto y melena siempreverde, me esperan desiertos de sal y aire helado. Me esperan brumas plateadas, atardeceres de salmón pescado con mis propias manos en alguna catarata.
          Mi cuaderno está tachonado de manchas de agua salada que cayeron mientras intentaba dibujar unas hojas secas. Pero tengo tantas hojas para llenarlas de tesoros, que, aún llorando, sonrío. ¡El sol es testigo!

★NanaGarcía/@Nanaringain

viernes, 5 de septiembre de 2014

Sagara V

  ←SagaraIV


      Al reflejo de la ventana le aburren los mapas colgados frente a él. Al reflejo de la ventana le cuesta sostener su cabeza contra el puño cerrado. Los gatos juegan en el árbol que se le superpone; grises, pardos, gatos salvajes que hacen que el yo aburrido del cristal se desvanezca.
      El profesor sigue con su perorata, sermón de iglesia que nadie escucha. 20 niños agazapados sobre sus móviles, escribiendo su nombre con la punta de un compás en los ya tatuados pupitres. 20 cabecitas que solo comprenden, confirman y demuestran la teoría de la relatividad. Si ahora los segundos son horas, luego serán milésimas. Din duda, el tiempo debe de tener algún trastorno de personalidad. Uno de  los gatos se ha caído, y las ramas del manzano no me dejan verlo, están cargadas de hojas, aunque sea otoño.

      Finalmente el timbre suena y el reloj, las caras de mi compañeros y los pupitres cobran vida. Patas de hierro arañando el suelo, tapas de madera golpeándose sin reparos al caer, gritos, risas, papeles volando y un adulto con el rostro gris descompuesto mientras borra la pizarra. Ha de ser violento fingir, no darse cuenta de que el motivo de la alegría de los que se van, es, precisamente, alejarse de ti.
        -Sagara, tengo que hablar contigo un momento.
        -¿Si? ¿Qué pasa?
        -A..aquí no, ¿me podrías acompañar al baño?
     
       He accedido. La chica, Ana, es un pequeño ser regordete y siempre sonrosado, como un pequeño petirrojo. Su voz no alcanza sus orejas, pequeña, frágil, tremendamente tímida, incapaz de hilar dos frases sin hacer un nudo o desenhebrarlo del tema, es adorable.

        -Yo...yo, te he llamado porque...porque... ¡Juegas tan bien al baloncesto!¡Incluso los de bachillerato lo dicen! Que deberías jugar en una liga profesional...y bien, y yo, te he visto y eres genial...pero no solo jugando, sino como persona, y yo...yo soy tan desastre...perdóname, pero...¡Oh Dios, qué vergüenza! Yo quiero que me ayudes a entrar en el equipo.

         Me mira temblorosa con los ojillos negros húmedos. Un pajarillo fuera del nido. Te has confundido, criaturilla, yo no tengo alas, sino escamas.

          -¿Solo eso?¡Déjamelo a mi! No habrá ningún problema.

         Sus ojillos se abren como si mamá petirrojo trajese una jugosa lombriz. Salta y me abraza.

           -¡Gracias!¡Gracias!¡Gracias!

         Es un amor, la empujo contra mi y río cantarina.

            -Somos amigas, ¿no?

           Es la primera vez que hablamos.

            -¡Sí!

           Veo al petirrojo alejarse, se reunirá con sus libros en alguna esquina. La echaron del nido de polluelos del colegio al poco de romper el cascarón, y ahora avanza a saltitos, pues no aprendió nunca a volar. No aprendió nada de los pájaros, solo que sus picos duelen, y que cuando no tienes ala bajo la cual calentarte, los inviernos son mortales. Será un placer instruirla.

            Después de comer voy a la huerta que hay en a trasera del edificio. Tras unos árboles, junto al muro devuelvo las lentejas con una acidez extra que no es la del limón sino la de mis intestinos.  Los baños estaban ocupados y no podía esperar a finalizar las clases para desacerme de esa pesadilla hípercalórica. 360 las lentejas, más 150 del chorizo, 120 del pan, 280 del lomo y 128 del yogur. Se me nubla la vista. Pero ya está fuera, espero que todo.
           
           El mayor problema ahora es hacer desaparecer los indicios de la boca. No tengo agua, y corro el riesgo de encontrarme con alguien en el camino a la fuente. Es la hora, estoy mareada, no tengo fuerzas para moverme. A duras penas llego a la altura del edificio y me dejo caer contra el árbol. La noche llega de pronto.
         Me despiertan unas caricias peludas en la nariz. Tengo dos canicas verde hiedra frente a mi, rasgadas con dos navajas que me miran condescendientemente. El gato que se cayó del manzano.
         -Hola pequeñajo ¿Comment ça va? ¿Te dolió el golpe? -Me mira divertido, su cabeza son dos luces verdes y una sonrisa. -Seguro que ni la mitad que a mi. ¡Joder!, ¿Qué hora es?
       
        Desde luego, hace tiempo ya que terminaron las clases, la luna está en lo alto, creciente, y La Polar saluda. Qué dúo más cáustico, me duele cada radiación que envían a la tierra.
         El gato se sobresalta y las ramas del manzano se mueven. Probablemente fuese al revés, pero yo no estoy para tomar al mundo como viene.

        -¡Sagara! ¿Qué haces aquí?
 
        Terror, tengo miedo, el cazador ha venido, me tiene débil, sola, inconsciente, no tengo cómo huir de sus balas.
       
       -¡Ah! ¡Jon!
       -Llevamos todo el día buscándote, hemos llamado a tu casa pero no contestaba nadie. Pensábamos...Quería pensar que te habían llevado tus padres a alguna parte, que estabas bien..pero demonios, ¿qué haces aquí?

        No puedo recomponerme, no puedo esconderme, estoy al límite.

      -¿Qué hora es?
      - Más de las nueve, las chicas acaban de irse a casa.
  
         El gato salta sobre Jon, quiere jugar, es demasiado afable para ser un gato callejero. Los ojos que tanto temo se vuelven humanos por un momento, mientras acaricia al gato. Su distracción es suficiente para que tome algo de control sobre mi misma. Río risueña.

     -Siento haberos preocupado, de verdad. Este mediodía vi al gato caerse de árbol, fui a socorrerle y estuve largo rato con él, pero, como no he dormido nada en 3 días, me he quedado inconsciente hasta ahora.
     -Eres increíble,- ríe a carcajada limpia, mostrando todos sus colmillos. Pero, me preocupas igualmente, ¿por qué no duermes?
     -Mi gato, finalmente murió, y he pasado la noche llorando. Por eso, cuando he visto a este pequeño caerse hoy...

     -De verdad lo siento.

         Parece que de verdad me compadece. No me siento capaz para intentar adivinar que se oculta detrás de esa mirada, que ahora parece tan sorprendentemente humana.

     -Súbete a mi espalda.
    -¿Cómo?- Eso me ha hecho despertar de mi letargo.
    -Es tarde, estás cansada y no pienso dejar que te caigas tras ningún perro en el camino. Sube, te llevo a casa.

        Que se sigan riendo el gato, la luna y las estrellas. He hundido mi rostro en la capucha de su sudadera, está  caliente, y los mechones de su nuca me hacen cosquillas. Mis brazos lo rodean, con fuerza, tienen como excusa la gravedad. Es extraño, incómodo, antinatural. Las serpientes no abrazan, rodean, dejan sin aire, rompen costillas, matan.... Pero yo lo estoy abrazando. Por primera vez ppr mi cuerpo fluye sangre caliente, o así lo siento, al menos. Ojalá y los segundos a casa fueran horas, pero el tiempo es caprichoso.

                                                             ★★★Continuará→

        ★NanaGarcía/@Nanaringain

       
          


         

           




jueves, 4 de septiembre de 2014

¡Premio Excellence!



         Para una marinera sin brújula, que navega sin datos que impulsen su vela, que a duras penas no se convierte en astillas contra las rocas de google... Para tan endeble barca... para tan maltratado cuaderno de bitácora...
         ¡Para tal desastre que es AsYouWant...!
         Es increíble, un honor y un gran trago de agua(dulce) despertarse siendo nominada al premio Excellence :*)         
      
         Poco tiempo llevo vadeando como blogger, y no dejo de maravillarme del compañerismo, la simpatía y el ambiente tan familiar que se respira. ¡Estoy encantada de haber levado anclas!


    Así pues, nomino a:

  1.- +Jordi Núñez por el blog Historias llenas de vida
  2.- +Miguel Costa por el blog Los Señores del Edén
  3.- +Joaquín Bas por el blog El Ágora de Joaquín
  4.- +Richard Pace por el blog La Comunidad de los Traidores
  5.- +Batiloves Willis por el blog  Pequeña Batman.
  6.- +Vida en teMicrocuento
  7.- +Alba Trois en Viviendo en mi mundo paralelo: mi mente.
  8.- +Alejandra Sanders por Cuentos de terror y profecías.
  9.- +David Jose Rojo por Suburbio de letras nocturnas
  10.-+Alejandro Vargas Sánchez por Neorrealismo Virtual
                                         No seáis perezosos y nominad a otros 10 marineros ;)

  Un beso y buenas mareas~~~~NanaGarcía/@Nanaringain

    

lunes, 1 de septiembre de 2014

Those ilogical animals: I. Introduction. Clarifying what make humans so diferent

          Those ilogical animals: Preface

      I was set to start this analysis by blaming our nonsensical behaviour towards animals, but first, a staple breakdown is needed not to throw groundless explanations and arguments. However, but for a previous explanation, my words would be worthless, and, although for logical beings whiling away for hours on end, is over worthy doing...those ilogical ones don't like wasting time.
   
      Let's settle down what is the diference between us and those silly beings called...humans.
      Ever since we blazed fire in the lonesome savanes of Africa, a feeling of superiority, a species chovinism sprang from our hearts. No longer were we under nature's disposal, no longer under time's and space's rules. The sensation that the sky was the limit started to give wings to our then-hairy- back. Conceited, comptentuous, we made up Gods and Goddess that would work as alivi when our ambition reached the end of the road. We were powerful, the blessed ones, The Creator had choose us to be the gardeners of Earth.
      Such a white lie, such a pitiful tale not to destroy ourselves in despair. It was needed to ensure our exclusiveness, or else, our lives' value would be at the same level as those's we ate. Better not to think of it.
      Yet, even if we tend to avoid reality, there it is. Nature passed the act that green lighted killing for survive. In that, we can't scape from life's rules, we are killers, but, instead of assuming it, we sorted a classification among living beings so that, regardless of taking one life to give us life,we are free of charges. We haven commited any felony so long as those to pass away, are not rational.
      But, do they think! They use their mentality so much as our ancestors did. If not, wouldn't we have go down the branches of the trees in order to survive. Because, despite what some belief intend to pass off, earthly we are, there is no special star shinning upon our foreheads, there's no other path than death for the whole Earth's neighbourghood. Yes, in different ways, and not necessarilly worse developed, all of us have brains. All of us are rational. Sorry, Aristotle.
      Would some state that, insofar we are conciouss of ourselves, we are different. That old Cogito Ergo Sum. Notwithstanding, seeing as primates and birds have recognized themselves in the mirror, that argument gets out of date. The same happens with our impressing capacity to comunicate. Dolphins and whales did more efficiently. Moreover, even if we can't realy understand sensitive lenguage, that aparently rough transmission of information that rules the wild, is not only sophisticated but probably unniversal. Babies, human babies have no mother tongue problems to pass their feelings on with other beings of no matter species, excluding human adults, of course.
       Symbolic mental structure? writing?creativity? Gorilas can read sings, elephants can paint. If they don't it's because it is unnecessary for them to survive. Here some would point out the most evident difference, we aren't attached to grins as they are, freedom of choice is our trademark. Consequently, all a whole called moral has been made up. Yes, made up, because there's not an unniversal moral, under the mask of thought we have hided the rush to survive. As an example, the reason why do we blame murdering is beyond evil, is far more simple, if we kill each other, our species is going to disapear. If we love, if we play to be Romeo and Juliet, is just because our conscience needs a further purpose to give life, some pleasure it's needed to deceive us and fullfill then, so absent-mindedly, the labour of perpetuating our existence.
        Eventually, we got run out of differences, so then, no argument is valid to justify our abuse. Animals feel, animals think, animal feel sorry for you when you're suffering, animals would protect their masters so as both would win nature's game. It's only natural, so sensible, so easy, nothing is carried out without a logical aim in this world. Nothing but our cruelty.


       Nana García/@Nanaringain
        
       

       

  


   

Strangers on a train.

       Hacía tanto calor allí dentro, tanto calor hacía, que parecía que fuese a estallar una tormenta de esas que echan a perder las cosechas. Ojalá. La humedad y la presión estaban alcanzando tal nivel, que eran capaces de pintar las ventanas con vaho. Hora punta hacia la playa, mediodía de verano en un tren de vía estrecha. Familias enteras sentadas sobre las enormes fiambreras; mochilas a la espalda, en el regazo, sobre la cabeza...¿los niños? Sobre o bajo la carpa formada por los padres, que aferrados a la barra intentan no caerse con cada curva o bache. El peligro, sin embargo reside en la mesa, hamacas y sombrillas que no tienen con que sujetarse. Hace calor, el viaje es largo, huele a sudor, una pila de maletas se ha caído unas cuantas cabezas más allá. El llanto es un látigo de siete puntas en los tímpanos, '¡Papá..!¡Papá..!       
        Puedo figurarme el sentimiento general de los pasajeros. Pese a que algunos hayan logrado 'escapar' de la lata  imaginándose que son Sardinas frescas del Cantábrico, el berreo de un niño cansado y enfadado con sus padres —que quiere hacerles pagar por las incomodidades de viajar en turista—,  es un fenómeno inmisericorde. Inmisericorde por el instinto asesino que despierta en sus víctimas. Pobre niño, tanto odio para tan pocos centímetros.
        Sin embargo, de entre todas las caras que puedo distinguir en el vagón, una, una sola, sonríe. Un hombre de oriente medio, de nariz carnosa y poros dilatados. Sus vivos ojos negros capturan mi mirada al instante. Le basta como tácito disparo de salida para entablar conversación conmigo.
         —¡Buenos pulmones el pequeño!
         —Para goce y disfrute de sus padres, yo preferiría escucharlo más adelante, con unos cuantos años de técnica coral.
              He contestado con cara de póker, mirando sin mirar por la ventan. Reconozco que el hombre me ha puesto nerviosa. Hoy día, las conversaciones con extraños solo se dan entre niños, viejos, locos y borrachos. Los pequeños carbones que tiene por ojos saltan demasiado alegremente para estar ebrios. Descartado. No fue ayer cuando dejó de beneficiarse del carnet joven, pero aún le falta para disfrutar de los descuentos de la 3ª edad. Descartado. Solo entra en la categoría de 'loco', pero no puedo distinguir si en el subíndice 'inofensivo' o 'peligroso'.
Ajeno a mi examen dicotómico -espero-, vuelve a la carga.
               —¡Ay, los hijos! Llenan de ilusiones a sus padres, y luego, tienen que cumplir no sus propios sueños, sino los de quienes les dijeron, ''cariño, vas a llegar lejos''.
           El hombre tiene una sonrisa amable, las mejillas generosas y las cejas espesas. Parece buena persona. Tal vez no esté loco y solo sea sociable.
               —Seguro que tus padres están muy orgullosos de ti. Una chica tan guapa e inteligente.
          Adiós. Esa última frase ha activado todas las alarmas de mi columna vertebral. Demasiados piropos sin fundamento, mi corazón se va a salir de mi pecho de puro miedo. Intento callar con una mueca—una serte de sonrisa— la voz que grita ''¡violador!¡violador!''.
Debo disimular, seguir hablando, ser amable, y rezar porque no se baje en la misma estación que yo.
                —Jajaja. Demasiados halagos para una desconocida. Dudo que puedas adivinar si soy o no inteligente con solo intercambiar una frase.
                —No una frase sino las decenas que has escrito durante la última hora.
            Cierto, estaba terminando un ensayo sobre moral y comportamientos sociales. El tipo me había estado observando. Demasiado miedo.                    
                 —¡Imposible! ¿Cómo has podido leer algo si estaba frente a ti?
                 —La ventana, leía en el reflejo.
                 —Eso sí que es verdaderamente impresionante. ¿Porqué perder el tiempo leyendo al revés lo que escribe una cría? No es lo suficientemente bueno para semejante esfuerzo.
                  —¡Para matar el tiempo! Si no lo matase, el me mataría a mi...
             Empieza a interesarme el sujeto. La curiosidad vence al miedo. Tanto si es peligroso como si no, no tengo otra que compartir el trayecto con él, así que, disfrutemos de la conversación.
                    —¿Y hoy? ¿Porqué has elegido el tren como matadero?